Promoviendo a la inclusión financiera de la pesca artesanal en Perú

Las barreras económicas y culturales impiden a los pescadores artesanales de Perú acceder a la financiación y a los beneficios y oportunidades de la formalización.

Por Cristina Rocca, analista de negocios sostenibles de Future of Fish

(Artículo publicado originalmente en inglés)

Los pescadores son los guardianes del océano, y sus decisiones repercuten directamente en la sostenibilidad del medio ambiente y los medios de vida de la comunidad. Debido a este papel, los pescadores deberían estar bien posicionados para acceder a diferentes fuentes de apoyo y capital para proyectos, lo que puede incentivar la sostenibilidad y la resiliencia y apoyar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Pero en Perú no es así. Los pescadores artesanales de Perú a menudo se ven excluidos del acceso a la financiación que marcaría la diferencia. En este post, nos sumergimos en el panorama actual de la financiación y los desafíos para financiar a los pescadores artesanales.

Existe un panorama diverso de oportunidades de financiamiento disponibles en Perú, desde inversionistas internacionales de impacto y financiadores filantrópicos hasta instituciones nacionales del sector público, cooperativas de ahorro y crédito, instituciones microfinancieras y plataformas fintech innovadoras conectadas al sistema bancario. Este panorama de financiación incluye una miríada de financiadores filantrópicos y catalíticos e inversores de impacto centrados en promover innovaciones que apoyen el progreso económico y social de las poblaciones vulnerables, en alineación con diferentes ODS.

Anecdóticamente, los financiadores de impacto han expresado su interés en invertir en los pescadores artesanales, ya que se encuentran en la intersección única de los problemas sociales, económicos y medioambientales. Sin embargo, históricamente pocos de estos financiadores, si es que alguno, han podido comprometerse con los pescadores artesanales. Las subvenciones e inversiones significativas en este ámbito por parte de estos actores siguen siendo limitadas debido a los altos niveles de riesgo percibido y a los bajos niveles de formalización de los pescadores, es decir, la mayoría de los pescadores operan sin una estructura empresarial formal o un registro fiscal, y a menudo carecen de los permisos sanitarios y de pesca adecuados. Sin formalización o capacidad empresarial, los pescadores pueden no tener la capacidad de solicitar y gestionar eficazmente los fondos y la inversión. Incluso los fondos del sector público destinados específicamente a las innovaciones en los sectores de la pesca y la acuicultura a pequeña escala han favorecido en gran medida los proyectos de acuicultura, principalmente porque pocas pesquerías costeras de captura salvaje fueron capaces de cumplir los requisitos de inversión y encontrar los fondos de contrapartida necesarios para solicitarlos.

Además de la financiación catalizadora y pública, Perú tiene sistemas bancarios y financieros relativamente saludables, incluido un sector microfinanciero vibrante y relativamente grande, y entornos progresivos de fintech y billetera digital que están respaldados por un marco regulatorio sólido y políticas de protección al consumidor (Microscopio Global, 2019). Aun así, la inclusión financiera de los pescadores a través de estas herramientas sigue siendo rara debido a la falta de cultura digital y bancaria en las comunidades rurales. De las instituciones financieras que sí atienden a prestatarios del sector pesquero, los bancos rurales y comerciales, y las cooperativas de ahorro y crédito, son las instituciones financieras que prestan con más frecuencia a los pescadores, aunque los préstamos a la pesca siguen representando menos del uno por ciento de sus carteras. Estas instituciones mitigan los riesgos mediante tipos de interés y pagos iniciales más elevados, así como estrictos requisitos de formalización y garantías (Banco Mundial, 2019).

Este año, las dificultades para hacer llegar fondos a los pescadores artesanales se pusieron de manifiesto con más claridad que nunca. En respuesta a la crisis del COVID-19, el gobierno peruano diseñó fondos de estímulo de emergencia y créditos especiales a bajo interés destinados específicamente a los pescadores artesanales, pero incluso estos tuvieron dificultades para llegar efectivamente y apoyar a las poblaciones a las que estaban destinados. La incapacidad del gobierno para apoyar financieramente a los pescadores en su momento de mayor necesidad pone de relieve las mismas barreras a las que se enfrentan los pescadores cuando normalmente intentan acceder a cualquier tipo de financiación formal.

Estas barreras, que dificultan la disposición de los pescadores a invertir y su capacidad para ejecutar proyectos con eficacia, complican la labor de un financiador interesado. Esta brecha en la inclusión financiera formal de los pescadores artesanales persiste debido a las barreras y limitaciones en ambos lados de la cuestión. Exploramos las barreras en la sección siguiente, y en una segunda entrada del blog detallaremos los enfoques que proponemos para abordarlas (¡así que permanezcan atentos!).

Barreras de acceso de los pescadores y limitaciones de los financiadores

Los pescadores tienen bloqueado el acceso a las fuentes formales de financiación por varias razones. La más importante es la falta de formalización, pero también está entrelazada con otros factores, como la gobernanza organizativa y las normas culturales. Dado que más de la mitad de la economía peruana funciona de manera informal, en muchos sectores no se considera necesario, ni siquiera normal, garantizar el cumplimiento de la normativa. La pesca artesanal no es una excepción. Aunque la mayoría de la flota artesanal no ha querido (o no ha podido) abrazar la formalización, es uno de los requisitos que los financiadores se niegan a vacilar. Este requisito tiene sólidas justificaciones, ya que la formalización proporciona dos elementos clave necesarios para que funcionen los mecanismos formales de financiación: transparencia en la situación fiscal y financiera del receptor del capital, y reconocimiento y capitalización de los activos que se utilizarán como garantía para apalancar el crédito. Por lo tanto, para las iniciativas que pretenden coordinar el capital para la inversión y el desarrollo de proyectos en la pesca a pequeña escala, será crucial abordar y promover la formalización a todos los niveles, desde el pescador individual hasta el propietario de la embarcación, el comercializador y la asociación.

Los efectos de las barreras difieren según la estructura y madurez de la pesquería. En general, sin embargo, las fuentes informales representan actualmente más del 85% de la financiación de los pescadores artesanales de Perú, especialmente en lo que respecta al adelanto de fondos para capital de explotación. Estos prestamistas informales, que a menudo son compradores, otros intermediarios de la cadena de suministro o proveedores de insumos, proporcionan capital a tasas más altas que los prestamistas formales para cubrir el costo del riesgo, pero tienden a tener plazos de reembolso flexibles y no exigen estipular condiciones de formalidad o garantía (Banco Mundial, 2019). De este modo, los pescadores se endeudan y quedan atados a esa corriente de negocio, lo que les dificulta controlar sus decisiones empresariales y de inversión, y les impide acceder a fuentes formales de capital.

Otra barrera importante es la capacidad de asegurar relaciones formales de mercado, especialmente en pesquerías de alto valor, lo que demostraría el flujo de capital potencial para atraer financiación. Una vez más, la informalidad es la norma en los puertos pesqueros o “playas”, donde las ventas se realizan mediante acuerdos verbales, se tramitan en efectivo y día a día, y suelen estar vinculadas a los compradores e intermediarios que son los prestamistas informales. Los pescadores en estas situaciones informales están sujetos a la volatilidad de los mercados, lo que les resta capacidad para planificar el flujo de caja. Esta volatilidad, junto con la falta de órdenes de compra formales y de relaciones probadas con el mercado, reduce aún más la capacidad de los pescadores para estar preparados para la inversión.

Además, existen otros problemas sociales y medioambientales que también afectan significativamente a la capacidad de los pescadores artesanales para acceder al capital formal. Los miembros de las organizaciones pesqueras tienden a asociarse sólo por los beneficios sociales y no captan los demás beneficios económicos de los modelos cooperativos y de agregación. Con frecuencia, los productores carecen de educación financiera y visión empresarial y suelen estar desconectados de la información sobre la cadena de suministro y el mercado que podría permitirles establecer alianzas estratégicas, crear nuevas líneas de negocio y definir planes empresariales específicos que podrían aumentar sus oportunidades de acceder a financiación. La intensa volatilidad de los volúmenes capturados debido al cambio climático y al agravamiento de las condiciones medioambientales, así como las fluctuaciones de los precios que los pescadores pueden conseguir, afectan enormemente al flujo de caja de los pescadores y a su capacidad para devolver los préstamos en un ciclo tradicional, así como para ahorrar.

También hay limitaciones en el lado de los financiadores que inhiben su capacidad para desplegar eficazmente el capital en el sector de la pesca artesanal. Al trabajar en compartimentos estancos, los financiadores desaprovechan estrategias de colaboración que pueden incluir a partes interesadas clave del sistema local como empresas ancla, programas públicos o proveedores de suministros, o planes de financiación combinada. Este tipo de colaboración podría ayudar a los financiadores a minimizar el riesgo y proporcionar otros tipos de apoyo, como educación financiera o desarrollo de capacidades, para complementar y garantizar la viabilidad de sus inversiones. La informalidad también conduce a la falta de datos y de comprensión general de la realidad y las necesidades de los pescadores. Esto, a su vez, conduce a un desajuste entre el tamaño y el tipo de capital que se ofrece al sector y el que éste demanda, y también puede pasar por alto las subvenciones de capacitación y asistencia técnica necesarias para el progreso y la sostenibilidad mediante la ejecución satisfactoria de los proyectos.

Todas estas barreras, desde las culturales hasta las económicas, hacen que los pescadores artesanales de Perú se queden a menudo fuera del acceso a la financiación y de los beneficios y oportunidades de la formalización.

Estén atentos a la próxima entrada de nuestra serie, en la que exploraremos posibles soluciones y oportunidades para aumentar el acceso a la financiación en la pesca artesanal de Perú.

Published Jan 08, 2021

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